Lo fugaz es esencial a los ojos. Procesos y experiencias estéticas contemporáneas.
Diálogo con la artista Rasia Friedler en torno a la exposición “Vidas en tránsito”.
Por Eugenia Grau
Ver y observar la obra plástica de Rasia Friedler fue en lo personal una aventura humanista, antropocéntrica.
Su mirada poética y profunda de los seres humanos va desde su profesión de psicóloga a la artística que la habita y viceversa.
En esa multiplicidad de lenguajes confluyen intereses de larga reflexión investigativa, siempre provocados por la emoción y la pasión creadora.
En su propuesta artística detiene el instante y la acción, generando series donde textos y figuras se entrelazan.
Pone así de manifiesto la extrañeza amorosa que le provocan los cuerpos y sus devenires, todos en sus posibles circunstancias, para alumbrar nuevas miradas que a su vez nos interpelan.
-¿De qué se trata “Vidas en tránsito”?
“Vidas en tránsito” es una invitación a un recorrido visual por espacios públicos que busca eludir la saturación de imágenes y el cansancio del ajetreo diario.
Consiste en una serie de obras visuales reunidas que remiten a itinerarios, trayectos, desplazamientos, errancias humanas por lugares de flujo, zonas de espera, localidades barriales, con especial atención a la movilidad y los pequeños gestos cotidianos. También alude a los imaginarios, los sueños, los conflictos y los miedos en las ciudades contemporáneas.
Además de lo expuesto, “Vidas en tránsito” connota el paso del tiempo, el tránsito vital y la importancia de captar un instante fugitivo de la vida de cualquier persona para convertirlo en un hecho estético perdurable.
Cada obra es parte de una narrativa más amplia que alude a las experiencias vitales de los habitantes. En la ciudad, las historias se superponen y se entrelazan imprimiendo su propia emotividad.
Siento una atracción especial por la relación entre el lenguaje visual y el lenguaje literario, por lo cual contemplar sujetos anónimos en movimiento es un gran acicate para mi imaginación.
Suelo observar escenas urbanas cotidianas con minuciosidad, como un texto vivo de múltiples planos y dimensiones. De allí han surgido estas obras plásticas reunidas.
-¿Qué te impulsa hacia la creación?
-No podría decirlo con precisión ya que siempre hay algo inconsciente en el impulso creador, pero siento una fuerte necesidad de ahondar en el misterio de la existencia humana. Intento capturar la belleza que percibo en lo que me rodea, o la que quisiera encontrar.
Básicamente, busco entablar una relación más íntima y sensible con el mundo. Nada de lo humano me es ajeno.
Vivo en un proceso de cambio continuo donde interviene la observación, la curiosidad, la investigación, la experimentación, es decir, todo lo que implica sentir/ver/pensar el mundo incierto en que vivimos.
Los mínimos actos de la vida cotidiana, el recorrido de un transeúnte por el espacio público, las conexiones aleatorias, todo puede ser un disparador para investigar, experimentar, crear. Lo fugaz es esencial a los ojos.
Abordo la pintura con una mirada atravesada por mi experiencia fotográfica y viceversa. Me enfoco en problemáticas que conciernen a la contemporaneidad.
También me gusta descontextualizar y resignificar los objetos que utilizo a diario. Generar nuevas asociaciones productoras de sentido, recorrer caminos nuevos, o menos transitados. Construir y brindar construcciones icónicas que permitan nuevas perspectivas. En síntesis, recuperar la hondura de la mirada.
Creo que la sensibilidad, la disposición continua a reinventarse y a renovar la mirada son la piedra de toque del arte.
Felizmente, el misterio y la belleza no nos abandonan nunca.
-¿Con qué criterios eliges la técnicas a utilizar?
Mi elección se basa en lo que me inspira la obra, en el tema y en algunos aspectos prácticos como el lugar y los materiales que dispongo para trabajar, el tiempo de secado, la facilidad de uso o el tamaño del cuadro.
Intento aproximarme a la realidad sin un marco previo rígido, con una batería conceptual amplia que me permita disponer de las técnicas más adecuadas para cada obra.
Las técnicas pueden ser convencionales o no, al igual que los espacios de intervención y de exhibición de las obras.
Las imágenes han cobrado una relevancia inédita en esta era. Por lo tanto, pasar de una técnica a otra, o de lo tangible a lo intangible y viceversa, son modos de explorar las articulaciones entre las imágenes y la visualidad, sus diálogos y tensiones.
Las fronteras entre técnicas, entre arte y vida, entre creador y espectador, entre un tema y otro, se han desdibujado.
El arte contemporáneo se ha expandido y la multiplicidad de recursos que utilizo es una manera de abordar la complejidad en que vivimos.
-¿Cómo se entrelaza la técnica con el tema de la obra?
A veces intento darle forma a una idea, otras veces la forma me la sugiere, dando lugar a nuevas estrategias compositivas. Durante el proceso creativo se produce un diálogo entre materialidad y concepto, entre idea y dispositivo.
De la mezcla de la pintura con otras artes emerge una inagotable variedad de posibilidades.
Me interesa el proceso más allá de la obra en sí, ya que en él se da un diálogo entre el tema y la técnica. Hay una conexión entre los diferentes lenguajes y técnicas artísticas.
El entrecruzamiento de lenguajes y recursos provenientes de diversos campos disciplinares brinda enormes posibilidades de innovación. Es precisamente la interacción de elementos estéticos diversos lo que produce una realimentación mutua. Cualquier tema o material puede convertirse en arte a través de un proceso investigativo- creativo.
Mi exploración incluye collage, dibujo, pintura, fotografía y arte digital. Suelo utilizar técnica mixta con un enfoque experimental. Dado que los materiales están vinculados a su uso social, también busco relacionarlos con el contexto de la obra.
-¿Cuál es tu paleta favorita?
Me gustan las tonalidades verdes, azules, grises y marrones, si bien atravieso por distintas fases cromáticas. No me ciño a una paleta única, pero tengo una predilección por la sobriedad.
En algunas ocasiones he utilizado colores fluorescentes cuando la obra que así me lo sugirió.
En el arte contemporáneo hay mucha libertad. Los colores no obedecen a connotaciones fijas.
La técnica y el color dependen de las particularidades de cada construcción visual, de los múltiples aspectos de la obra.
-¿Qué cuestiones atraviesan esta exposición?
Las cuestiones implícitas son múltiples ya que se desprenden, fundamentalmente, de la interpretación de los espectadores.
A través de las obras intento sugerir, más que mostrar. Dejar ver algo mínimo y fugaz para dar lugar a la imaginación del observador.
Me atrae lo sutil, lo ambiguo, lo secreto, lo misterioso, lo contradictorio, lo vulnerable, lo inefable y lo inasible de la subjetividad humana.
Me intriga lo silencioso y lo silenciado, lo que el tiempo produce en los cuerpos y en la materia, la huida del mundo tangible hacia el virtual, la alienación del ser humano vuelto extraño para sí mismo y para sus semejantes.
Algunas cuestiones que me sugieren estas obras son la cultura skate, la extrañeza ante el paso del tiempo, frente al envejecimiento, la “obsolescencia” de los seres humanos ante la aceleración tecnológica, la profundización de la brecha generacional en la era digital, los procesos de reconfiguración urbana que profundizan las desigualdades sociales, el trabajo precario, la soledad de masas, etc. En fin, los desafíos que enfrentamos a nivel “glocal” sobrevuelan las obras.
¿Cómo se refleja tu vida en tu obra?
Creo que en esta incesante exploración estética se cuela un anhelo de autodescubrimiento, algo así como “dime qué creas y te diré quién eres”.
Mi propia vida ha estado signada por el multiculturalismo y los desplazamientos.
Nací en Israel, soy hija de padre austríaco y de madre uruguaya, he vivido en Alemania, en Inglaterra, en Brasil y resido en Uruguay.
La incertidumbre, el nomadismo y la fluidez, rasgos que caracterizan mi vida, son también rasgos dominantes de nuestro tiempo.
Todo lo que experimento me inquieta y me impulsa hacia la creación, que siempre roza de algún modo lo autobiográfico.
Siento una fuerte necesidad de comprender, de ahondar en el sentido de esta vida que absorbo con avidez y que a la vez se me escapa.
Así se va entretejiendo mi vida con el arte, concebido como un territorio de libertad y resiliencia.
En estos tiempos tan convulsionados, oscilo entre la gratitud y deslumbramiento, entre la conmoción y el espanto. Vivo en un estado de asombro y de alerta. Presto mucha atención a los detalles, a los matices, a las pausas y tensiones entre las palabras y los actos, a la espera de una ínfima revelación, de poder captar un sentido oculto bajo la obviedad. También suelo verter una mirada nostálgica a ciertas rutinas, valores y formas de vida presentes en un mundo pasado casi desvanecido.
Me gusta escudriñar en los hechos y en las motivaciones humanas.
Finalmente, crear es una forma de lidiar con la vulnerabilidad intrínseca a mi condición humana y de concebir otros mundos posibles.
-¿Cuáles son tus principales influencias artísticas?
Mis influencias son múltiples y provienen de diversas disciplinas.
Para citar algunas, me encanta el intimismo de Hopper, las figuras humanas que asoman en habitaciones sin cortinas, el contraste entre la luz y la oscuridad, la posibilidad de condensar cada historia en una sola imagen.
Llegué al collage de forma autodidáctica inspirada por la obra de Vik Muniz, un artista que admiro profundamente.
Desde hace 5 años asisto al taller de Fernando Oliveri, un destacado pintor uruguayo dedicado al realismo mágico, que por momentos tiende al hiperrealismo, cuya enseñanza atesoro.
Además, en mi doble condición de psicóloga y artista practico el Teatro Espontáneo desde hace más de dos décadas. Su filosofía y metodología participativas atraviesan mi quehacer artístico más allá del teatro, por lo cual acostumbro pensar en la obra como una experiencia capaz de generar lazos, emociones, relatos, y no apenas como el final de un proceso,
En general me siento atraída por la ausencia de elementos innecesarios, por la simplicidad del minimalismo.
En esta época saturada de imágenes, donde la superabundancia las invisibiliza, quiero darles una nueva visibilidad. Reencender la llama poética para celebrar el milagro irrepetible de estar vivos y alumbrar sendas de esperanza.
